13.6.07

Dedicado a Franchise (sin acritú y agradeciendo la excusa para actualizar)

El comentario de Franchise en el post anterior me brinda una excusa para actualizar éste, mi blog, que tan abandonado anda últimamente (exceso de curro, hartazgo del mismo, inusitadas ansias de descanso vacacional, y hastío primaveral).

Así las cosas, el tema a tratar deriva de "la manía de las mujeres de ponerle nombre a su coche".

Para empezar, y como habrás deducido del nombre en cuestión, querido Franchise, mi coche no es tal coche, es cocha. Así que no empecemos a confundir conceptos y géneros, por favor.

En segundo lugar, debo matizar tu apresurada (y no por ello menos o más cierta) afirmación, haciéndote saber que existen tíos que también le ponen nombre a sus vehículos (nótese que utilizo tal sustantivo en la intención de no discriminar entre coches y cochas, aunque, bien es cierto, en los tiempos que corren, que quizá sería más adecuado curarse en salud y referirse a "vehículos y vehículas").

Es posible, no lo negaré, que estos tíos no sean muy "hombres" (entendiendo por tal a aquellos que común y tradicionalmente vienen entendiéndose en la España profunda como "macho ibérico", y en el buen entendido que no es mi intención discriminar a nadie al usar tal término).

Es posible, no lo negaré, que estos tíos tengan muy desarrollada su parte femenina (entendiendo por "muy desarrollada" todo aquello que signifique "más desarrollada que la del macho ibérico típico" y nuevamente sin ánimo alguno de que la utilización de estas palabras pueda ser entendida en términos ofensivos, denigrantes y/o insultantes).

Pero, en definitiva, son legalmente considerados varones, y le ponen nombre a su medio (o media) de locomoción (o locomociona). Por lo que, sin miedo a equivocarme, creo que he tirado por los suelos tu teoría. Se siente.

No obstante lo cual, y conmovida ante tu derrota, te daré algunos datos sobre mí para que, si lo así quisieras, puedas iniciar un "Estudio sobre la tendencia femenina a la humanización de seres inertes o vegetales".

Y es que, lo reconoceré al fin, yo le pongo nombre a todo:

- A mi cocha, Mari Puri, como bien sabes.
- A mi mota, Severa Moto como bien deberías saber.
- A las plantas. Tenemos a Pol Pot, tuvimos a Paco Clavel, de pequeña tuve a Pelopincho...
- A los muñecos: Draco, Gus, Zorrote, Scooby Surf y un largo etc.
- A las botellas vacías de vodka: Tina.
- A la bici estática: Vicenta.
- A los cuartos: en casa está el cuarto friqui, que es causa de los nombres de los muebles que están en su interior: el friquiarmario, la friquicama...

Y seguro que a más cosas que ahora mismo no se me ocurren.


¿Tendrá esto alguna interpretación psicoanalítica que se me escapa? ¿Será consecuencia de la falta de cariño sufrida en la infancia? ¿Será cierto que los hombres, aun cuando (como se ha demostrado) le pongan nombre a su vehículo/a, no se lo ponen a todas estas cosas? ¿Lo hace alguna mujer que no sea yo?
¿La manía femenina de poner nombres a las cosas será equivalente a la manía de los hombres de poner nombre a su pene?


Hala, a más ver.

9 comentarios:

Elisa Mandarina dijo...

jajajajaja!

es la primera vez que te leo, pero me he reido un monton...y lo peor de todo es q tienes razon, porque mi coche (que no cocha xD) tambien tiene nombre.

Prometo q el proximo q compre cuando logre ahorrar (supongo q por esa epoca ya volaran o seran supersonicos) sera vehicula.

(por cierto...soy la unica q le ha puesto nombre al ordenador?)

Sue dijo...

Lo de poner nombre a las cosas no es exclusivamente femenino. D. llamaba a su antiguo coche "Kit" (original, eh?) y a la foca (la dede peluche) que llevaba dentro "Kita". Debe de ser muy femenino, pero, desde luego, no lo parece.

rubenvike dijo...

No es nada extraño...yo tengo nombre para el portatil, para el movil, para algun que otro peluche...

Y el dia que tenga coche o cocha, nombre tendrá...

Anónimo dijo...

yo sé de uno que les tiene que poner nombre a las cosas porque sino se las come

qelena dijo...

jajajajajaaaaaa
ains... de resaca y trabajando... Gracias a Dior que puedo leer posts como este... jajajajajaaaaa

Quic dijo...

Tina no es cualquier botella. Es La Botella. Por eso lleva con nosotros tantos años. Es una como la que tiene Rubenvike en su perfil pero de 1.75 litros.

Y Ford Fairlane, uno de mis ídolos, llamaba a su pene Decker (por Black & Decker).

rubenvike dijo...

Dios!

Yo quiero conocer a esa Tina, aunque ya no esté en sus mejores momentos! Alabemos a Tina!

Y bueno, qué decir de Decker, el miembro del detective rocanrolero, que no se haya dicho ya...

arbusto el guerrero dijo...

Los hombres somos más de poner nombre a nuestro pene, como le explica Woody Allen a su hijo en "Desmontando a Harry".

- ¿Qué nombre le vas a poner?
- Al Capone, papá, voy a ponerle Al Capone a mi pito.
- Muy bien, hijo mío, muy bien (abrazo).

Anónimo dijo...

Mmmm... Hasta ahora no me había percatado de que se me dedicaba un post en tan insigne blog. Está bien argumentado lo que dices, oh Combed-Girl. Supongo que mi mini-reflexión venía a que más lo de ponerle Mari Puri a tu bólido me recordó a un par de amigas de mi contraria que también han hecho algo similar. Supongo que por estas tercermundistas tierras los gañanes masculinos no tenemos costumbre de hacer lo mismo. Yo, por no tener, no tengo ni coche, aunque sí plaza de garaje, mira.