14.1.08

En sentido homenaje.


Aquí, Madrid, mil novecientos
cincuenta y cuatro: un hombre solo.

Un hombre lleno de febrero,
ávido de domingos luminosos,
caminando hacia marzo paso a paso,
hacia el marzo del viento y de los rojos
horizontes -y la reciente primavera
ya en la frontera del abril lluvioso...-

Aquí, Madrid, entre tranvías
y reflejos, un hombre: un hombre solo.

- Más tarde vendrá mayo y luego junio,
y después julio y, al final, agosto -.

Un hombre con un año para nada
delante de su hastío para todo.


© Ángel González

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay, qué grande Ángel González, y que penita haberle perdido. Además, estos versos no los conocía, gracias pequeña +cotilla.
Hoy recordé que el otro día me dijiste que entrera en tu blog, pero estoy hecha un desastre y olvido las cosas. Es lo que tiene escribir con una mano mientras en la otra tienes a un cacahuete chillón.
Besos grandes,
La Condesa

Hans dijo...

Grande Ángel González, y cuánto lamento tener que escribir esto o cosas parecidas tantas veces hoy.