23.8.06

NYC I: Madrid - NYC, Central Park

SABADO 5 DE AGOSTO DE 2006
Nota de ATT, llevo tres horas intentando subir una foto, pero no hay manera. Una lástima, porque era una obra de arte.

Nos habíamos acostado a una hora semidecente tras acabar las maletas y dejarlo todo preparado. En nuestros papeles del viaje ponía que teníamos que estar en el aeropuerto tres horas antes de que saliera el avión, como éste salía a las 10:35, pedimos al taxi que viniera a buscarnos a las 7:00, para asegurarnos no llegar tarde.

A las 7:15 estábamos en Barajas, T2, en el mostrador de TAP Portugal, y cuál es nuestra sorpresa cuando nos dicen que no, que hasta las 8:15 no podemos facturar. Joder, si nos lo hubieran dicho antes habríamos dormido otra horita, leñe.

En fin, que no recuerdo cómo (creo que haciendo varias compras y poco más), esperamos hasta la hora referida y facturamos. El calvorota de TAP nos dio las tarjetas de embarque para el vuelo Madrid – Lisboa y para el vuelo Lisboa – Nueva York.

Desayunamos, hicimos más tiempo leyendo y haciendo crucigramas y finalmente tomamos nuestro vuelo. Resulta que nuestro amigo Calvorota nos había sentado separados sin avisarnos. La cosa no era grave, simplemente teníamos el pasillo entre los dos. Compruebo las tarjetas de embarque del vuelo a Nueva York… ¡me cago en el puto Calvorota! ¡También vamos separados, Quic tiene el asiento “e” y yo el “g”! ¡En medio irá un “f” desconocido!

- Calvorota es un gilipollas, con lo pronto que hemos facturado no jodas que no había dos asientos juntos, y encima no avisa, y, jo, Quic, yo no quiero ir solita, que me da miedo… ¿Y cómo vamos a hacer los Perdidos avioneros?

-
No te preocupes, Att, yo, que soy un machote de Lanzarote, lo solucionaré. Te lo prometo.

- Mucho más tranquila, dónde va a parar.

Y así llegamos a Lisboa, donde ávida de humo corrí en busca de la zona de fumadores, me eché un cigarrito y llamé a Naz, con quien puse a parir debidamente al jodido Calvorota.

Tras pasar un “control de seguridad” de lo más absurdo (si eso es seguridad, yo soy Juana de Arco) subimos al avión, y ahí cuando empezamos a envainárnosla. Resulta que estamos en la fila 42 y, en esa fila, en ese avión, no existe el asiento “f”, por lo que Quic y yo vamos juntos y hemos insultado gratuitamente durante horas al pobre Calvorota. Eso de insultar gratuitamente será una constante en este nuestro viaje, aunque aún no lo sabíamos.

El avión despegó y allá que íbamos nosotros. El vuelo fue bastante bien. Nos dieron comida, leímos, dormimos, escuchamos música, vimos dos Perdidos avioneros (nos habíamos llevado el portátil a tal fin) y volvimos a comer.

Finalmente, aterrizamos. Quic me había preparado para pasar el control de seguridad. Porque no te creas tú que los guardias hacen el mínimo esfuerzo para que les entiendas, y si no hablas inglés, te jodes.

Allá que llego yo y un negro gordo con cara de mala hostia me suelta ¿Weyuheindeiues? Y yo ¿Ein? Y él ¿Weyuheindeiues? Y yo ¿Ein? Él gruñe, y yo Excuse me, but I don’t understand you (con mi mejor inglés y mi cara de por favor no me mates). Y él, desesperado, ¿Why-are-youuuuuuu-hereeeeeee-in-the-U-S? Y yo, Aaaaaaaaaaaahhhhh, vaaaaaaleeeeee… HOLIDAYS (Me hubiera acordado de la dichosita canción de Madonna si no hubiese sido por mi convencimiento de que el negro iba a sacar una metralleta y me la iba a meter por el culo antes de dispararla de un momento a otro).

La cosa es que me tomó las huellas dactilares, me hizo una foto, me puso un sello y me grapó la carta verde al pasaporte y me dejó pasar. Creo que aún hoy, 14 días después, me siguen temblando las piernas.

Cogimos las maletas y salimos, allí nos esperaba un señor con un cartel que rezaba, entre otros Familia Quic - Att, para llevarnos al hotel. Pero no éramos los únicos a los que el mismo tío llevaba, así que en lo que esperamos a que vinieran los que faltaban, me salí a fumar un cigarro, que estaba ya que no podía (Quic afirma que me salí a fumar DOS cigarros, pero yo no lo recuerdo así).

Un rato después estábamos ya todos los turistas y Marco, que así se llamaba el señor, empezó a repartirnos. Habíamos aterrizado en el aeropuerto de Newark, que realmente está en New Jersey, no en Nueva York, pero no está muy lejos.

En el camino hacia NYC atravesamos un largísimo túnel cuyo nombre no consigo recordar (¿puede ser túnel Holland?), pero respecto del que Marco nos informó oportunamente que había sido escenario de la peli “Pánico en el Túnel”. Así me gusta, desde el principio viendo escenarios de peli, pensé yo.

A la salida del túnel Marco paró a echar gasolina, y echó 90 litros más o menos. Yo flipé, porque la pobre Mari Puri se llena con cuarenta.

Durante el trayecto Marco nos fue informando de los diversos tours por los que su empresa se embolsa una considerable cantidad. Nosotros decidimos contratar el tour “Harlem – Misa Gospel” por aquello de que ir solos por Harlem y colarnos solos en una iglesia no nos parecía de lo más apropiado.

Otros chicos contrataron el tour “NY nocturno” y el tour “contrastes”. Los contrastes serán otra constante en este viaje.

Fuimos dejando a todos los demás en lujosos hoteles del centro y nosotros, que somos más humildes que yo que sé, nos quedamos en el Marrakech Hotel, de dos estrellas, cutre-cutre, pero con encanto, y adecuado para hacer su función de lugar donde dejar las cosas, lavar y dormir.

Estaba un poco alejado del centro, en el Upper West Side (en la parte oeste- arriba de Central Park, Broadway con la 103, para ser exactos), pero teníamos el metro en la puerta, y en 10 – 15 min. estábamos en Times Sq. Así que ni tan mal.

Eran más o menos las 17:00 en Nueva York, más o menos las 23:00 en España, y nosotros nos habíamos levantado a las 6: 00 de la mañana. Pero no podíamos dormir hasta que fuera por la noche en NYC, porque si no arrastras el jet lag durante toda la semana.

Así que, para aguantar, nos fuimos a dar una vuelta por Central Park, que nos quedaba cerca.

Vimos a unos tíos representando teatro en mitad del parque, para niños (Quic mantiene que no era para niños), y había un montón de gente viéndolos. Los tíos de vez en cuando salían corriendo y se iban a otro terreno de césped, y toda la peña se levantaba y les seguía corriendo. Molaba un montón, pero yo no entendí nada de nada de lo que decían.

Luego vimos a gente jugando al baseball. Y es que había yo no sé cuántos campos en medio del parque.

Luego nos perdimos, y nos encontramos, y nos volvimos a perder….Y caminamos, caminamos, caminamos…. Y estábamos buscando la estatua de Alicia en el País de las Maravillas, que a mí me hacía mucha ilusión hacerme una foto allí, pero no había manera. Preguntamos, nos indicaron… (un chaval de nuestra edad que según le paramos le dijo a quic “Yes, Sir” , mientras yo flipaba con ese exceso de educación) y nos volvimos a perder…. Y se hizo de noche… y nos empezó a dar miedo… y, total, que salimos del parque sin encontrarla, 30 calles más a bajo de nuestro hotel y en el lado este. Así que cogimos un taxi para que nos llevara al hotel.

Una vez allí, cenamos en un restaurante francés que había enfrente, Le café du soleil me recuerda Quic que se llamaba. Un paté y unos Moules et frites, muy rico todo. Y nos fuimos al hotel a dormir, que estábamos reventados.

7 comentarios:

Sylvia dijo...

Qué bonito todo. Me están dando ganitas de conocer NYC.
Me piro de vacances en hora y media así que, maja, disfruta de BCN, que Quic no vuelva mu reventao, y nos leemos el 18 de septiembre (aunque creo que nos veremos antes).
Besos a tutiplén!!!

Anónimo dijo...

Mola el inicio del viaje. Espero ansiosa la continuación, en la que nuevas y trepidantes aventuras acontecen a Att y Quic en NYC, insultos gratuitos incluidos. :D

mari-ici dijo...

hotel Marrakech??,y eso lo sabía el negro de la metralleta???, porque a quien se le ocurre, con la cara que tiene quic de terrorista islámico!!!
perdidos avioneros???, pero no sabeis que esos se estrellaron con un avión???, vale que sobrevivieron, pero que yu-yu.
En fin espero ansiosa las fotos y los siguientes capitulos

Anónimo dijo...

Bienvenida Att, ya echaba yo de menos una actualización del blog
Espero que sigas escribiendo para contarnos mas del viaje a NYC, pero tengo una pregunta: Le Cafe du Soleil, con sus moules y frites, no sería belga en lugar de francés?
Cler

Hans dijo...

Bienvenidos de vuelta. Muy identificado me siento, como buen güenaiguos de primer año.

ATT dijo...

Cler, yo creo que era francés, en la zona de Normandía son también muy típicos los moules, pero, oye, todo podría ser.

mari-ici dijo...

UYYY, los moules esos los tomamos por toda francia, y eso q no me gustan