24.8.06

NYC II: Harlem - Compras - The Cage


DOMINGO 6 DE AGOSTO DE 2006

A las 09:00 AM habíamos quedado con Marco y su gente para que nos llevaran a dar una vueltita por Harlem. Llegaron a las 09:15, lo cual, aunque nos acojonó un poquillo, a mí me vino muy bien para echarme algún cigarrito.

Llegó un autobús repletito, principalmente de catalanes, (ays, que me perdonen pero qué manía les estoy cogiendo. ¡Están en todas partes!) y empezamos el tour.

Yo, de verdad, que no entiendo mucho estos tours, vamos que no entiendo a la peña que se hace un tour y otro y otro, ¡no ves nada! Desde el autobús te van diciendo: a la derecha tal, a la izquierda Pascual, y si, como en nuestro caso, resulta que vas en la última fila y no tienes ventanas ni a la derecha ni detrás, pues no te enteras de nada.

Luego, cuando paran, te dicen: tenéis dos minutos, y aquello se convierte en una competición de saca la foto antes de que se cuele en medio esa puta vieja. Y claro, realmente no ves el sitio en el que estás, sólo lo fotografías. Y gracias a la maravilla de la tecnología de la fotografía digital, y aprovechando que, total, desde el autobús no ves la calle, pasas de lo que Marco va diciendo que verás a la derecha y aprovechas para ver el sitio que has fotografiado con tu camarita.

- Huy, esta se te ha movido un poquito.

- Claro, no te jode, como que me ha empujado el viejo aquél.

- Ah, y oye, ¿en ésta no se supone que salía yo? Si he posado y todo.

- Sí, estás detrás del bolso de esa señora.

En fin…

Que hicimos una parada en el Memorial al General Grant y después nos adentramos en Harlem, que no es ni de lejos tan fiero como lo pintan.

Hicimos otra parada express en el Cotton Club, y, ante mi absoluta incomprensión, la mitad de autobús pasó de bajar. O sea, os matáis para fotografiar la tumba del puñetero general y no os arrodilláis ante la imagen del Cotton Club. No, si esto me hace entender por qué me convertí en un ser muy poco sociable.
Pues ellos se lo perdieron, porque estaban limpiando el local y allá que nos colamos e hicimos unas fotitos chulas chulas. Pensamos que algún día estaría bien ir a tomarla allí, pero luego el cansancio y mi creciente dolor de gemelos lo hicieron poco probable.

Volvimos al autobús, a sentarnos al lado de la adolescente siniestra (era muy, muy siniestra, rara y algo tonta, toma insulto gratuito) y nos encaminamos hacia la única casa Colonial que queda en la zona (nos preguntamos, clarísimamente, si también nos enseñarían una de la época de antaño). Muy bonita la casa, pero más bonita la calle que había al lado, muy típica, con coche de poli incluido.

Y, hala, a correr, que no llegamos a la misa. Desde el autobús fotografié el Teatro Apollo, y entre el autobús y la iglesia a duras penas fotografié el edificio donde están las oficinas de Clinton, que ha provocado un encarecimiento de la leche en el suelo de la zona.

Y por fin llegamos a la Iglesia para asistir a una misa Gospel. Yo pensaba que sería una misa bastante adulterada, por aquello de que había 10.000 autobuses de turistas en la puerta, y que realmente no tendría nada que ver con lo que es una misa de verdad.

Pero ahora realmente creo que no es así, porque había mogollón de lugareños, que digo yo que no irán si no es una misa – misa.

La cosa es que la Iglesia era en realidad un teatro gigante, con la parte de arriba reservada a los turistas, aunque había también bastantes gentes autóctonas. Cuando subes hay un negro gigante que te dice dónde te sientas, y que luego vigilará todos tus movimientos para que no te descantilles ni un tanto así.

Muy fuerte el detalle de que antes de entrar Marco nos dijera lo siguiente: “Son un poco maniáticos con el tema de que no se saquen fotos, así que para entrar esconded las cámaras y luego ya dentro las sacáis”. Ni que decir tiene que Quic y yo no nos hemos traído ni una sola foto de la misa.

Pero la gente no se cortó ni un pelo. Un tío que teníamos dos filas por delante saca el móvil y hace una foto, el negro grande llega y le dice que nada de fotos, el tío la guarda, el negro se va, el tío saca otra foto, al negro se le escapa, el tío saca una tercera foto y el negro se le acerca, le toca por detrás y le dice, gestualmente, “van dos, a la tercera te vas”. El tío debió cagarse por fin, porque ya no sacó más.

A la salida se vanagloriaba de su hazaña. Dios, me quedé con las ganas de decirle “pero qué grandísimo gilipollas eres, majo” y esta vez no hubiera sido nada gratuito el insulto.

Pero en honor a la verdad he de decir que a mí también me regañó el gordo negro, pero fue un simple error. Estábamos todos de pie, porque el predicador estaba hablando y yo vi que algunos lugareños se iban sentando. Yo estaba reventada, así que siguiendo a los lugareños, me senté. El negro me tocó el hombro y me dijo que “pa arriba, chata, que aquí los lugareños faltan al respeto cuando quieren pero tú no, mientras yo pueda impedirlo” (poco más o menos). Así que me acojoné, me levanté y poco más.

Pero, bueno, a lo que íbamos, que la misa fue acojonante. Tuvimos suerte, pues ese fin de semana tocaba un coro mixto, que son los mejores, los más bonitos. Qué voces, qué pelos como escarpias, qué ganas de llorar de la emoción. De los espectáculos más bonitos que he visto en mi vida. Como decía Quic, es que así claro que mola ir a misa.

Y muy real todo lo de las películas: los negros se levantan, se pasean, gritan, se contonean, aplauden…. Igual que el predicador, que habla bien poco casi siempre para decir Aleluya y poco más. Igualito que los curas católicos españoles, vamos.

No sé, por un lado, da un poco de palo ver como un espectáculo lo que para ellos es una ceremonia religiosa a la que asisten con absoluto fervor. Pero por otro…joder, qué espectáculo.

De vuelta al autobús nos llevaron al centro, y flipamos al descubrir que alguna gente (por no decir gentuza) había contratado un tour… ¡para ir de compras! ¡Para ir de compras por la 5ª Avenida! (no te creas tú que por algún sitio inalcanzable o interesante por sus chollos) ¡Y costaban nada menos que 75 dólares por cabeza! Verdaderamente impresionante. ¿Y qué, para ir a cagar también habéis contratado un tour?

Nos soltaron en la placita donde está la tienda Apple (que no, no me acuerdo cómo se llama la plaza) y allí nos tomamos el primero de los que serían los muchos perritos que comeríamos en esta ciudad, empezamos a caminar e incumplimos el primer plan que me había propuesto: dejar las compras para los últimos días.

Disney, Nike, NBA, Modell´s, Toys ‘r’ us… me volví loca a comprar y comprar. Qué peligro tiene esta ciudad, como dice Naz, esta gente es especialista en vender cosas que tú necesitas llevarte a casa. Mi mejor adquisición (que me costó un precio que prefiero no recordar) fue un pijama de cirujano de Urgencias en la tienda de la NBC.

Cuando nos cansamos de comprar (¿cansarnos de comprar? ¡Nunca!) nos fuimos a ver deporte, que no practicarlo, y estuvimos viendo un partido de basket en la famosa “The Cage”, en la W 4th St., no me digáis que no la conocéis, ignorantes de la vida. Venga, os daré una pista, que hoy estoy generosa: es donde se rodó un famoso anuncio de Nike y allí se juega la liga amateur más famosa de NY, la Liga W4th, que no tenéis ni idea de nada.

De allí cogimos un taxi al hotel, que íbamos cargados como mulas.

Me duché, y mientras Quic hacía lo propio, preparándonos para salir a cenar… me quedé dormida y por más que lo intentó Quic, fue absolutamente incapaz de hacer que me moviera. Incluso una vez me levanté y me puse los pantalones, pero luego lloriqueé y volví a tumbarme.

Quic se hartó y bajó a comprar pizza para cenar, mi trozo me lo desayuné al día siguiente y me supo a gloria bendita.

4 comentarios:

mari-ici dijo...

que mal me cae la gente que hace fotos donde no se puede, nunca me corto de decir muy alto y muy cerca, "aqui está prohibido hacer fotos", pero por cobarde, porq si me atreviera, les quitaba la cámara y les acojonaba como me hicieron a mi los funcionarios de prisiones.
Lo de los tours es algo q tampoco comprendo mucho, sólo contrate uno en la Gomera, para subir al monte, y como sólo iban alemanes, nadie hablaba castellano, pero vamos q me flipo el monte, y nosotros les fuimos de mucha utilidad a los alemanes cuando nos llevaron a un restaurante típico y no sabian como comer y en que orden todo lo que había.
Lo de las compras.... que miedo me doy cuando vaya en navidades ( porq estoy realmente convencida de que es la mejor época para ir a NY), que además de todo lo que ya hay q comprarse porq no puedes vivir sin ello ( necesito ese pijama de ER lo necesito!!), encima estará todo lo de navidad, ayyyyyyyy, q dolor para mi plastico, y que alegría para mi...

Anónimo dijo...

Qué ganitas de volver, a los USA. Hay algo de "romántico", no sé cómo describirlo, en el aire que se respira en EEUU( me refiero solo a lo positivo del país). Ese inglés que pronuncian como si masticaran chicle constantemente, cuando lo oigo me dan ganas de inmiscuirme en las conversaciones y participar en ellas,jaja.No viviría ahí por nada del mundo y sobretodo, y citando a Bonasera( se escribe así?) en El Padrino, pero en negación "...NO le daría a mi hija una educación americana", pero a la vez es divertido, todo es tan como en las series, como en las películas. Son tan prácticos en muchas cosas. Viven tan ajenos al resto del planeta...pero me flipan esas calles residenciales con casitas. Me flipaba ir al cole en bici por esas calles, y comer con mi bandeja en esos comedores tan de TV. Fliparía en una misa como esa, yo también sería practicante así!!! Y las compras...cómo podemos vivir sin todo lo que nos está esperando en NYC!!!Eso que nos falta y no sabemos qué es, debe estar en algún escaparate de la 5ª avenida!!!Juas juas...qué frívola llego a ser, pero oye, en un mundo perfecto donde en otro lado no pasaran hambre, la 5ª Avenida con un plástico como dice Mari-Ici, es el paraiso!

Hans dijo...

Muy bien, ATT, muy bien, estoy muy orgulloso de tí, muy bien relatado, muy bien descrito, súper-a-favor del fervor en las misas gospel, y aún más a favor de que el Negro inmenso le aplique dos hostias a quien falte al respeto echando "afotos". La gente es IMBÉCIL. Y sí, qué riesgo para la VISA en NYC.

Anónimo dijo...

Me está encantando esta serie de relatos sobre vuestra semana en NY y la verdad me has provocado las ganas de volver sí o sí. Yo tbn. estuve en Harlem en una misa de esas, pero fuimos sin tour, cogimos el metro, nos plantamos delante de una iglesia y preguntamos a una negra enorme con pamela si podíamos entrar a lo que nos contestó amablemente que sí, que cómo no. Entramos y allí que nos sentamos abajo, al lado de la negra de la pamela que se pasó toda la misa, diciéndome que cantase y me señalaba en el libro la canción que tocaba... yo acojonada claro, entre que mi es precario que te cagas y que eso de las misas no es mi fuerte... pero estuvo divertido, eso sí, después de unas 3 horas y pico allí decidimos que ya habíamos tenido suficiente, no sé si llegasteis a verlo pq. es muy al final, pero la cosa va degenerando un poco y la peña empieza a entrar en trance y a caerse al suelo y retorcerse, no sé, a mi ya me empezó a dar mal rollo y mira que hasta ese momento es una fiesta de misa, como bien dices, pero al final... uffff, decidimos que ya era bastante y salimos, tuviemos la enorme suerte de que era el día de la comunidad afroamericana y había un desfile por todo Harlem, vimos desfilar desde las Panteras Negras con sus capuchas, hasta la policía (blanca en su mayoría) del Harlem y la gente desde las aceras gritándoles "cabrones, hijos de puta, nos hemos quedado con vuestras caras", yo flipaba en colores. A Harlem se puede ir por tu cuenta tranquilamente con un poquito de sentido común, ir de día, no salirte de las avenidas principales etc... En aquel desfile éramos las únicas blancas y no tuvimos ningún problema, eso sí, con cuidado y respetando e intentando pasar desapercibido. Tbn. paseamos por la parte hispaña de Harlem y yo creo que en esa parte se respiraba más tensión, pero sin problemas.

Y lo de las compras, menos mal que no me da por ahí, pq. si no entiendo vuestro agobio consumista, es una locura de ciudad si te gustan las compras, yo de eso me libro.

Sigo con tu relato y sigue tú tbn. Merci.