Iba a continuar la entrada anterior, analizando la escatológica foto en sí misma. Tenía en mente una mordaz crítica acerca de la doble escasez (mamaria y depilatoria) de la modelo que, sinceramente, me parecía la mar de ingeniosa.
Visto, de un lado, que el querido Hans, siempre tan observador, se me ha adelantado poniendo de relieve tales extremos en su (cabreado) comentario a tal entrada y teniendo en cuenta, de otro, que el tema de la foto no ha recibido el éxito de taquilla que cabía esperar ante el que (para mí) ha sido el mejor post de éste, mi blog... pues... a otra cosa mariposa.
El viernes vino gente a cenar a casa. Mantendré el suspense y no diré quiénes fueron los afortunados. La velada fue de lo más agradable, cenamos fondue de carne y salchichas, raclette de queso y empanadas argentinas, aderezado con una serie de salsas que servidora se empeñó en esparcir por la alfombra. De postre, la tarta de queso mi señora suegra fue recibida con entusiasmo.
Pero... a lo que iba este post... durante toda la cena y en el copeo posterior, pasamos de mantener una conversación propiamente dicha, y nos dedicamos a ver, primero, SOS ADOLESCENTES y, después, SUPERNANNY (de hecho, algo me hace sospechar que dedicarnos a ver juntos estos programas fue, en realidad, lo único que motivó el evento).
Como supongo imaginaréis (y como os habría ocurrido también de estar presentes en la cena, si es que sois gente de bien), toda conversación quedó reducida a comentar y criticar todo lo comentable y criticable que salió en tales programas (esto es, todo el programa en sí), desde los mobiliarios hasta los ropajes. Y, sobre todo, a esa madre protagonista del programa, que era todo un poema ella, sus pelos, su chandal, su poca sujeción en lo que a pechos se refiere...
Y digo yo, oye, lo que nos gusta (bueno, vale, lo que me gusta) criticar. Una de las presentes en la velada, por aquello de estar sensibilizada con el tema por razón de su profesión, de un lado, y por ser madre en la vida, de otro, apuntaba de vez en cuando aquello de "qué fácil se ve todo desde fuera, pero es que es muy dificil, leñe".
Y sí, vale, ella tenía razón (mucho me temo que la tiene casi siempre, la muy jodida) pero, jo, es que... ¡es tan divertido poner a caer de un burro a la gente que no conoces! (Venga, va, y a la que conoces también, para qué nos vamos a engañar).